Edgar Hernández* / Luego del brutal fracaso en el caso Viridiana Moreno Vázquez, quien de estar “bajo resguardo” de la Fiscalía, aparece violada y desmembrada en las playas de Chachalacas, la exigencia ciudadana es que renuncie el gobernador Cuitláhuac García.
¡Que pida licencia!
No lo queremos por más bendito que esté. Ni que sea de los mejores mandatarios a nivel nacional, ni el más honesto o de lo mejor que haya tenido Veracruz en su historia.
Menos que al Peje le recuerde y lo compare con don Adolfo Ruiz Cortines.
El reclamo ciudadano es que simplemente se vaya.
Que se retire con su descompuesta familia y dejen de enchinchar y seguir saqueando al erario su papá, hermanos, medios hermanos, primos hermanos, tíos y toda esa caterva de abusivos que en menos de cuatro años de gobierno hicieron del nepotismo un orgullo.
Que se vaya y se lleve con él a esa banda de incompetentes.
Que nunca más volvamos a saber de la Fiscal General, Verónica Hernández Giadans y sus ligas criminales; que olvidemos para siempre el repetido daño que ha hecho a Veracruz su secretario de Gobierno, Eric Cisneros y no sepamos más del rarito Roberto Ramos Alor, quien escondió un millón de medicinas para combatir el cáncer.
Demos vuelta a la página de las aventuras y fantasías del Secretario de Seguridad Pública, Hugo Gutiérrez Maldonado y juremos, por esta, que ya no queremos saber más de ese rapaz Procurador del Medio Ambiente, Sergio Rodríguez Cortés, ni del analfabeta funcional, Juan Javier Gómez Cazarín, cabeza del Poder Legislativo.
Menos de la incompetente responsable del Poder Judicial, Isabel Inés Romero Cruz, rodeada de jueces venales y esa tan perversa como experta en desvío de dinero, Johana Marlén Bautista.
Que toda esa banda se retire y no se repitan casos tan dolorosos como el vivido con Viridiana Moreno Vázquez, quien después de estar bajo resguardo de la autoridad, según el gobernador Cuitláhuac García Jiménez, aparece muerta y mutilada.
Una mezcla de dolor y rabia se vivió la medianoche de ayer cuando la ciudadanía observaba y se sumaba a la desgracia familiar luego que Periciales daba cuenta a los padres de Viridiana, madre de un menor de 10, que la desaparecida el pasado miércoles, en efecto, estaba bajo resguardo, pero muerta y desmembrada en un refrigerador.
Fue un cuadro muy doloroso que hoy levanta a la ciudadanía en protestas y marchas; en manifestaciones de solidaridad y exigencia de justicia; en repetido reclamo de que ha llegado el momento de que el gobernador salga por la puerta de atrás de Palacio y nunca más regrese.
Cuitláhuac García nunca debió haber abierto la boca para afirmar que Viridiana estaba “bajo resguardo”, menos pretender embarrar su mierda en los periodistas al acusarlos de tergiversar su declaración, cuando vergüenza le debería dar la escalada asesina desatada contra hombres y mujeres periodistas.
Esta mañana, la familia de Viridiana da sus razones para no aceptar la versión de la Fiscalía ni los restos de su hija.
1. Porque el gobernador Cuitláhuac García dijo que estaba resguardada y que él mismo atendió el caso aunque después, mediante un comunicado culpó a los medios de distorsionar sus declaraciones.
2. Porque peritos de la Fiscalía les dijeron que las pruebas de ADN tardan de 15 a 20 días, pero que por tratarse de su caso la prueba se hizo de inmediato.
3. Porque los restos que presuntamente corresponden a Viridiana estaban irreconocibles; solo eran pedazos de carne cercenados exhibidos en catálogos y faltaban piezas.
4. Porque Veracruz apila casos donde a las familias les quisieran dar restos de animales para dar carpetazo.
5. Por las inconsistencia en la búsqueda.
Muchas más razones más se exponen en estos momentos de enojo familiar y ciudadano, sin embargo, el agravio solo podrá resarcirse en el momento que Cuitláhuac renuncie y se abra una investigación de como estuvo eso del “resguardo”.
El Cuícaras, como cariñosamente le decían sus amigos, como los peces, que no del Acuario, por la boca habrá de morir.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo
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