Proceso, otra portada que va a encabronar a AMLO. Lo describen como un presidente polarizador; para él sólo existe el bien o el mal, sus amigos o enemigos

Portada de la revista Proceso con AMLO, Yo, el popular FOTO: WEB
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Armando Ortiz / Por supuesto, López Obrador cree que, si viviera don Julio Scherer García, los periodistas y colaboradores de Proceso estarían comiendo de su mano; López Obrador cree que Scherer el padre se sometería a sus caprichos como lo hizo Scherer el hijo. Nada más lejano a la realidad. Julio Scherer sería un crítico duro ante la forma de gobierno de López Obrador. Estando vivo don Julio, y siendo AMLO candidato presidencial, Proceso publicó varios artículos y reportajes criticando la soberbia del entonces candidato presidencial. ¿Qué le hace pensar a López Obrador que Julio Scherer estaría de acuerdo con él en todo? Sólo su febril imaginación puede concebir eso. Es por ello que Proceso mantiene su línea independiente y cada que se da la oportunidad lanza un reportaje, artículo o entrevista en donde se desnuda al presiente de México, a quien Luis Costa Bonino califica como “un generador de polarizaciones ‘que divide el universo político mexicano entre el bien y el mal’, y que coloca en esta segunda opción a todo aquel que no comparte su discurso”. De todo lo que se dice hay pruebas. La portada de Proceso es contundente. El rostro serio de presidente formado de imágenes tomadas de sus mañaneras y con el título: “Yo, el popular”. López Obrador se ha convertido en un presidente que está más pendientes de sus niveles de popularidad que de los niveles de pobreza en el país. Además, López Obrador no sólo ha dividido a su propio gabinete, sino que se ha ocupado de dividir a los mexicanos, calificando a unos de conservadores, fifís, complacientes y a los otros de pueblo bueno y sabio.

Y en redes sociales otra vez es tendencia #CállateHugo; después de tanto desatino, a López-Gatell ya nadie quiere escucharlo

Los comentarios del subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell sobre la variante Ómicron del coronavirus no han sido bien tomados en las redes sociales. Y es que, con tanto desatino, con tanta necedad, el pobre de Hugo López-Gatell es más repudiado que el Grinch en navidad. El subsecretario declaró: “Ómicron es la más reciente variante de preocupación del SARS-CoV-2; algunos datos sugieren que tiene mayor transmisibilidad que las previas. No se ha demostrado que sea más virulenta ni que evada la respuesta inmune inducida por las vacunas. Las restricciones de viajes o cierres de fronteras son medidas poco útiles; afectan la economía y el bienestar de los pueblos. La información difundida sobre los riesgos de la nueva variante es desproporcionada respecto a lo que muestra la evidencia científica existente”, De inmediato le llovieron los reproches y recriminaciones a Hugo López-Gatell con el hashtag: #CállateHugo. Uno de los más acertados fue el de Aracely Benítez: dijiste que 60 mil muertes por COVID sería un escenario catastrófico y ya van más de 600 mil, también dijiste que el presidente tenía fuerza moral y no quieres vacunar a todos los niños. Es imposible confiar en alguien que le vale la vida de los mexicanos”. Otro comentario señala: “Entonces países como Estados Unidos y Canadá no saben nada de la pandemia, no tienen especialistas, y están equivocados al aplicar las restricciones de viajes o cierres de frontera. Por el amor de Dios, tenga respeto por los Mexicanos”. La verdad, mejor sí, #CállateHugo.

Faltan 27 días y los morenos apenas llevan 500 mil firmas para su consulta de “ratificación de mandato”; les faltan 2 millones 300 mil

En realidad, los de Morena llevarían casi 700 mil firmas, de no ser porque en su urgencia andan haciendo trampa, sumando firmas no válidas, ya sea porque no se encuentran en el padrón electoral o porque los firmantes han sido dados de baja. Es por ello que el Instituto Nacional Electoral sólo les ha valido 541 mil 648 firmas, desechando 137 mil firmas por diversas irregularidades. Y es que como en los mejores años de los priistas, Morena está llevando a firmar hasta a los muertos. Vale mencionar que la fecha límite es el día 25 de diciembre, fecha en la que deberían presentar las casi 2.8 millones de firmas. Pero no sólo eso, al menos 17 estados deben cumplir el requisito de que el 3 por ciento de su listado nominal participe. El reto es grande, y a pesar de la popularidad del presidente López Obrador, no todos tienen la intención de acudir a ratificar el mandato del presidente. Y es que los mismos de Morena están cayendo en su propia trampa. Pues la consulta en realidad es para la “Revocación de mandato”. Pero ni anunciando que es “Ratificación”, los votantes acuden a dar su firma de apoyo a la consulta.

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