El sábado 15 de noviembre miles de personas marcharon en Ciudad de México y otras 30 ciudades del país, además de consulados en EE.UU., Canadá, Alemania y Países Bajos, bajo la bandera de la “Generación Z México”. Convocada inicialmente por jóvenes nacidos entre 1997 y 2012, la protesta denunció la violencia, la corrupción y la impunidad, inspirada en un movimiento global que ha derrocado gobiernos en Nepal y Perú. Símbolos como la bandera pirata del anime One Piece y pancartas por el alcalde asesinado Carlos Manzo marcaron la movilización, que incluyó demandas de revocación de mandato y reformas judiciales. La prensa extranjera destacó el hartazgo juvenil, pero enfatizó su transformación en una protesta más amplia.
Medios como The New York Times y The Guardian reportaron choques violentos en el Zócalo, con 20 civiles y más de 100 policías heridos, y 20 detenidos por arrojar piedras y gases. Reuters y AP News vincularon el evento a la ola global de protestas Gen Z, impulsadas por las redes sociales. El gobierno de Claudia Sheinbaum la calificó de “campaña pagada” por la derecha internacional (estimada en 90 millones de pesos), con cuentas falsas y IA, minimizando su origen juvenil.
La BBC y The Guardian cubrieron el saldo de 120 heridos y la tensión con EE.UU. por seguridad, mientras Los Angeles Times notó su giro hacia críticos del gobierno en lugar de sólo jóvenes. En resumen, la cobertura internacional la vio como un eco global de indignación juvenil contra la violencia, factor principal en la causa de muertes entre miembros de la Generación Z, pero también cuestionaron su cooptación política y la escalada a disturbios.
