El huracán Melissa, uno de los más intensos en la historia del Atlántico, azotó Jamaica el 28 de octubre de 2025 como un monstruoso ciclón de categoría 5, con vientos superiores a 260 km/h y una presión atmosférica récord baja. Tocó tierra cerca de New Hope, en la parroquia de St. Elizabeth, dejando un rastro de devastación sin precedentes en la isla; su paso fue considerado el impacto más fuerte en casi dos siglos. Al menos 4 a 8 personas fallecieron, incluyendo un bebé aplastado por un árbol caído en el oeste de la isla. Cerca de 15.000 personas permanecen en refugios, con miles más aisladas por derrumbes y bloqueos.
El huracán dejó casas destruidas o con techos arrancados, especialmente en Black River (capital de St. Elizabeth), Santa Cruz y Lacovia. Calles inundadas, vehículos destrozados y escombros bloqueando carreteras en casi todas las parroquias. En Mandeville, árboles caídos y postes de energía derribados crearon escenas apocalípticas.
También se reportaron cortes de energía que afectaron a más de 530.000 hogares (75% de la isla), colapsó el sistema de comunicaciones (conectividad al 30%) y hubo daños en aeropuertos como Montego Bay, que reabre solo para vuelos de ayuda. Se estiman pérdidas alrededor de los $22 mil millones de dólares incluyendo impactos económicos en agricultura, negocios y recuperación prolongada.
