Björn Andrésen (1955-2025) fue un actor y músico sueco cuya vida se convirtió en un símbolo trágico de la explotación infantil en el cine. Nacido en Estocolmo, perdió a ambos padres antes de los 10 años y fue criado por su abuela, quien, ambicionando fama para él, lo impulsó hacia el modelaje y la actuación. A los 15 años, en 1970, su destino cambió irremediablemente cuando el director italiano Luchino Visconti lo seleccionó para interpretar a Tadzio, el etéreo adolescente que obsesiona a Gustav von Aschenbach en Muerte en Venecia, una adaptación fílmica de la novela de Thomas Mann. Visconti, obsesionado con la “belleza absoluta”, obligó a Andrésen a posar semidesnudo en pruebas humillantes, sexualizándolo en un contexto que el actor más tarde describió como “abuso infantil”. Tras el estreno en Cannes, Visconti lo proclamó “el chico más hermoso del mundo”, catapultándolo a la fama global pero también a un infierno de acoso.
En Japón, se convirtió en ídolo pop, inspirando mangas de estética andrógina; los “Caballeros del Zodiaco” están inspirados en esa estética. Björn fue tratado como un trofeo exótico en fiestas de élites, expuesto a adultos que lo frecuentaban en clubes nocturnos sin protección alguna. Su imagen se usó sin consentimiento en campañas y libros, como El Chico. El efebo en las artes de Germaine Greer, lo que lo llevó a demandas fallidas por derechos de imagen. Olvidado en Occidente, su adultez fue un descenso a la depresión, alcoholismo crónico y aislamiento. Casado con la poeta Susanna Roman, perdió a su hijo Elvin por síndrome de muerte súbita a los 9 meses —estaba ebrio junto a él cuando ocurrió—, y su hija sobreviviente creció en medio de su caos.
Después de Muerte en Venecia sólo tuvo roles esporádicos como en Midsommar (2019) de Ari Aster, o el documental The Most Beautiful Boy in the World (2021), que ganó en el Festival de Sundance. En ese documental confesó sobre Muerte en Venecia: “Esa película arruinó mi vida”. Andrésen, quien fuera el chico más hermoso del mundo, según Visconti, falleció el sábado 25 de octubre de 2025 a los 70 años, dejando un legado agridulce: la icónica belleza de Tadzio, que enmascaró décadas de olvido y sufrimiento autoinfligido. Su historia advierte sobre los costos invisibles de la fama precoz en una industria indiferente.
