Dicen los viejos que no hay que escupir para arriba. Lo dicen porque las acciones negativas, arrogantes o desconsideradas de una persona pueden revertirse y volverse en su contra. Rocío Nahle, entrevistada por “El Chapucero”, hacía escarnio de lo que algunos de sus críticos señalan, que el pueblo veracruzano no la quiere. Pero ella cree que sí la quieren, por eso, con escarnio repetía las palabras de sus críticos: «Nadie la quiere, qué barbaridad». Pues por escupir para arriba, Rocío Nahle recibió una lección valiosa. En Poza Rica, durante un evento para la entrega de apoyos, cuando presentaron a la presidenta Claudia Sheinbaum se escucharon los aplausos.
Sin embargo, cuando presentaron a la gobernadora Rocío Nahle, se soltaron los abucheos; es decir, «nadie la quiere». Eran tan audibles los abucheos que la presidenta tuvo que intervenir para calmar los ánimos. En otro momento de esa jornada, Claudia Sheinbaum hablaba con una mujer damnificada.
La mujer tuvo oportunidad de acusar a la gobernadora de Veracruz: «Dijo que me iba a ayudar y no me ayudó nada». Rocío Nahle acudió al llamado de la presidenta y escuchó ese reclamó en su cara; es decir, «nadie la quiere, qué barbaridad». De nuevo la presidenta Claudia Sheinbaum tuvo que intervenir para resolver los reclamos que las personas tuvieron contra la gobernadora de Veracruz, a quien «nadie la quiere, qué barbaridad».
