Luis Ortiz R. / Hace unas dos décadas, estuve comisionado por unos cuantos meses, en el departamento de Servicios Educativos Complementarios en una escuela secundaria de la capital del estado de Veracruz. Ahí se trataban los asuntos de alumnos con problemas de aprendizaje y de conducta. Recuerdo muy bien que dentro de las responsabilidades de la Trabajadora Social se encontraba visitar a sus domicilios a alumnos que faltaban mucho.
Regularmente las visitas se realizaban por la tarde en horario laboral, los domicilios casi siempre estaban muy alejados de la escuela. Esto implicaba un gasto adicional de gasolina, eso sin contar que regularmente no nos abrían las puertas y cuando lo hacían los domiciliarios mostraban una cara de pocos amigos, ya que creían que el docente estaba invadiendo su privacidad.
Puede ver que, a pesar del esfuerzo que se hacía, regularmente los padres no mandaban a sus hijos a la escuela. Mucha tenía que ver la situación económica y una cultura mediocre ante la vida. Por esa razón, está condenada al fracaso el programa gubernamental que impulsa Mario Delgado, secretario de educación pública, llamado cursimente como “La escuela te extraña”.
Esta estrategia contempla visitas domiciliarias, llamadas telefónicas y mensajes personalizados, con el fin de identificar las causas que llevaron a los estudiantes a abandonar sus estudios. Además, busca ofrecer apoyo emocional, académico y, en algunos casos, económico, con el objetivo de garantizar que los jóvenes puedan continuar con su formación escolar.
El problema es que el docente tiene que cumplir con su carga horaria y no puede descuidar el grupo, desde luego el director escolar pudiera comisionarlo dentro del horario laboral, para que se encargue de hacer visitas domiciliarias, pero tendría que suplir al docente con algún auxiliar educativo, propiamente dicho, prefecto. Según Mario Delgado, titular de la SEP, la iniciativa pretende reemplazar la indiferencia institucional por una participación de los docentes, quienes tendrán la tarea de acercarse a los jóvenes ausentes y ofrecerles soluciones adaptadas a sus necesidades.
Por supuesto, este programa ya ha generado inquietud entre los maestros, algunos consideran que acudir a los domicilios de los alumnos excede sus funciones laborales. A pesar de esto, la SEP confirmó que el programa se implementará a nivel nacional a partir de enero de 2026, con el fin de atender a los miles de jóvenes que abandonan sus estudios cada año.
Por cierto, durante la pandemia cuando las clases eran en línea, había grupos de WhatsApp, desde luego con autorización de los padres, para conminar a los alumnos a que se conectaran a las clases, había ocasiones en que los padres se molestaban y otros no contestaban las llamadas.
Lo que es un hecho, es que la responsabilidad para que un alumno asista a la escuela recae principalmente en los padres o los tutores. Además, en un contexto donde la violencia prevalece en las colonias, la presencia de los maestros en los barrios pudiera poner en peligro la integridad física de los docentes. De manera que las ocurrencias de un cuestionable personaje que tiene serias acusaciones de huachicoleo por parte del gobierno de Donald Trump, no prosperaran y no será por los docentes, sino porque estas, sencillamente no van de acuerdo con la realidad que se vive en el país.
