Caradura es una persona cínica, desvergonzada, que pretende engañar a los demás con su distorsión de la realidad, con sus mentiras que tratan de encubrir lo evidente. Eso es lo que es el almirante Raymundo Pedro Morales Ángeles, secretario de Marina, quien en el discurso del desfile cívico del Día de la Independencia de México declaró: «El mal tuvo un fin determinante. En la Marina no encontró lugar ni abrigo». Y todavía agregó: «Fue muy duro aceptarlo, pero hubiera sido imperdonable callarlo». ¡Pero si lo callaron! Desde que López Obrador era presidente de México, allá por 2022, hubo personas que se atrevieron a denunciar lo que estaba ocurriendo en las aduanas custodiadas por la Marina.
Hubo informes que se entregaron al entonces encargado del Centro Nacional de Inteligencia, Audomaro Martínez, un hombre de todas las confianzas de López Obrador. Desde hace más de dos años reportajes de Mexicanos Contra la Corrupción acusaron a los sobrinos de Rafael Ojeda Durán, entonces secretario de Marina, de estar operando una red de huachicol fiscal.
En 2024 el periodista Claudio Ochoa reportó que Andy López Beltrán y Amilcar Olán habían comprado un buque para participar en el contrabando de combustible ilegal. Por ello señor Raymundo Pedro Morales, no nos venga a decir que «hubiera sido imperdonable callarlo», porque lo callaron.
