Una mujer ecuatoriana de 39 años, identificada como Erika, fue detenida el 1 de julio de 2025 en el distrito de Puente de Vallecas, Madrid, como principal sospechosa del asesinato y descuartizamiento de su hija recién nacida, cuyo cuerpo fue hallado el 12 de diciembre de 2024 en la planta de reciclaje de Loeches, a las afueras de la capital española. El caso, conocido como “Operación Natal”, ha conmocionado a la sociedad por la brutalidad del crimen y los antecedentes de la sospechosa. El cuerpo de la bebé, de apenas cinco días de vida, fue descubierto por trabajadores del centro de reciclaje de Loeches en varias bolsas de basura.
Según la Guardia Civil, la menor nació viva y fue asesinada de manera violenta, probablemente con un arma blanca, antes de ser desmembrada. Los restos, que incluían la cabeza encontrada en una cinta de selección de residuos, fueron rastreados hasta un contenedor en Puente de Vallecas, lo que permitió a las autoridades centrar su investigación en esta zona. La investigación, apoyada por análisis de ADN, identificó a Erika como la madre de la menor.
Durante el registro de su domicilio en la Avenida de la Albufera, agentes de la Guardia Civil encontraron vestigios de sangre en el baño y otras estancias, lo que refuerza las sospechas de que el crimen ocurrió en esa vivienda. Un aspecto que ha intensificado la controversia es que Erika ya había sido investigada en 2003, cuando tenía 17 años, por la muerte de otro hijo recién nacido en circunstancias no esclarecidas.