Ante el aumento de la violencia en Michoacán, el arzobispo de Morelia, Carlos Garfias Merlos, propuso que el gobierno dialogue con el crimen organizado para buscar acuerdos que promuevan la paz en el estado. Garfias Merlos argumentó que esta estrategia podría contribuir a reducir los índices de asesinatos. Por su parte, el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla rechazó categóricamente la propuesta del arzobispo. «Convocar al diálogo con delincuentes no sirve de nada; es una estrategia fallida que no ha funcionado, ni siquiera en países como Colombia. No podemos adoptar modelos que han fracasado», afirmó el mandatario.
Ramírez Bedolla defendió la estrategia de seguridad implementada por el gobierno federal, encabezado por la presidenta Claudia Sheinbaum y coordinada por el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch. «Tenemos una estrategia clara, mandatada por la presidenta, que se basa en inteligencia, investigación, persecución de delitos y judicialización de los responsables. Dialogar con delincuentes no es una solución», enfatizó.
Ante la situación surge una pregunta: ¿Acaso el gobernador de Michoacán no está enterado de que la estrategia de Claudia Sheinbaum, respecto al combate contra el crimen organizado, no sirve para nada?