Los movimientos sociales no comienzan con grandes pretensiones, casi siempre se inician por algo pequeño. Un claro ejemplo de ello fue la masacre de 1968, este movimiento comenzó con una trifulca entre alumnos por haber partido de futbol americano. Desde luego, había un conjunto intereses atrás de todo ello, eso sin añadir, que el gobierno no tuvo la sensibilidad ni el tacto político para darle paso al diálogo. Algo similar pasa con la remoción de un maestro que efectuaba funciones de director en la “Prepa Juárez”.
Desde el inicio, la secretaría de educación de Veracruz no supo manejar el conflicto, su falta de tacto político ha ocasionado que se involucren alumnos y padres de familia. El problema es que Claudia Tello no ha querido atender a los padres y alumnos inconformes, su cerrazón es evidente. Si la funcionaria se tomara la cortesía de por lo menos escuchar a los inconformes, tenga por seguro, que en estos momentos el palacio de gobierno no estaría rodeado por los alumnos de la “Prepa Juárez”.
Y es que, el negarse a escuchar a los grupos inconformes, ya es el modus operandi de Claudia Tello. Recientemente los maestros del nivel de secundarias técnicas se quejaron de que la funcionaria no ha dado la cara ante reclamos por no repartir las cuotas que le corresponden por el manejo de cafeterías escolares. Ni hablar, su estadía en SEV ya resulta insostenible.
