«Allá, donde terminan las fronteras, los caminos se borran. Donde empieza el silencio. Avanzo lentamente y pueblo la noche de estrellas, de palabras, de la respiración de un agua remota que me espera donde comienza el alba». Así inicia “Libertad bajo palabra”, esa magnífica obra poética de Octavio Paz en donde el Nobel le rinde un homenaje a la palabra, materia prima de toda obra escrita. Después de describir y descubrir los usos de la palabra, el poeta finaliza el poema con una arenga, un grito de guerra que todo hombre de letras, escritor o lector, debería lanzar: «Contra el silencio y el bullicio invento la Palabra, libertad que se inventa y me inventa cada día». El silencio, lo entendí en su momento, es un pecado con el que no debe cargar el periodista; la palabra es la virtud que lo redime. Inicié, hace más de 15 años, 17 quizá, dando talleres literarios con los menores infractores en Banderilla; después pasé a los penales del estado de Veracruz con un proyecto llamado “Libertad bajo palabra”.
Tenía sentido, ese concepto jurídico se ajustaba también a lo que estaba haciendo, porque con mis lecturas los menores infractores, los presos en Pacho Viejo, sentían que eran libres. Tiempo después, ya como editor en la Universidad Popular Autónoma de Veracruz, después de ser corrector de estilo en varios medios, decidí iniciar con un portal informativo en el que se privilegiara la palabra, en el que se excluyera la censura, hermana bastarda del silencio. ¿Qué nombre poner a ese nuevo portal informativo? Por supuesto, “Libertad bajo Palabra”, el nombre preciso para un medio informativo que no tuviera miedo a la palabra, antes bien, que la privilegiara y le diera rienda suelta.
Así nace, en el año 2015, Libertad bajo Palabra, con el apoyo de muchos amigos y colaboradores. Este sábado 7 de junio el Club de Periodistas de México me entregó, de manos de Celeste Sáenz de Miera, el Premio Estatal de Periodismo por los 10 años de Libertad bajo Palabra; por supuesto, lo recibí a nombre de todos los colaboradores de este medio. Sólo puedo dar las gracias a todos los que han participado en este gran proyecto que espero, siga cumpliendo más años en activo combatiendo el silencio, combatiendo el bullicio, festejando la libertad de la palabra, «libertad que se inventa y me inventa cada día».