Una vez más pido perdón por mi indecente regocijo. Les platico una anécdota: Hace algunos años, un periodista muy respetado llamó a Reynaldo Escobar «el mejor abogado del Golfo de México». Bastó mostrar un mapa de todos los estados de México y de los Estados Unidos que abarcaban el Golfo de México, para demostrar el desatino de maximizar a un abogado, con fama de hampón, como «el mejor abogado del Golfo de México». Otro día, en el año 2012, en un desayuno convocado por Otero Ciudadano, acudió como invitado el candidato a la diputación federal por Xalapa urbano, Reynaldo Escobar, quien se presentó para dar a conocer sus propuestas de campaña. Después de las alabanzas pronunciadas por algunos de sus corifeos, a un servidor se le ocurrió preguntar cosas más serias.
No me parecía posible que nadie hablara del Reynaldo Escobar a quien la revista Proceso señalara, según investigaciones de la Procuraduría General de la República, como «uno de los responsables del crecimiento de La Compañía y de Los Zetas durante el gobierno de Herrera Beltrán». Ante esa inquietud mi pregunta planteada al candidato fue la siguiente: «Como funcionario público, ¿considera que ha cometido errores durante su gestión? En todo caso, ¿se arrepiente de alguno de esos errores cometidos?» La respuesta de Escobar Pérez es una muestra de la clase de sátrapa que siempre fue: «No me arrepiento de ningún acto de mi vida. No creo haber cometido ningún error, porque los errores se cometen cuando están en contra de tus convicciones».
En el mismo tono arrogante y prepotente explicó que no está en contra de los periodistas, pero sí está en contra de los pasquineros, de los que le andan pidiendo dinero o chantajeando por no publicar ciertas notas; de los que escriben en contra de alguien y no dan la cara. Sobre los pasquineros señaló que está en contra de los que se meten en la vida privada de los demás. «Los he denunciado y mis denuncias han sido fundadas», agregó. Para terminar, en una actitud de perdonavidas señaló que había sido demasiado tolerante con ellos y que muchos de esos, a los que él llamó pasquineros, no estaban en la cárcel porque él había desistido de sus denuncias.
Al terminar sólo dos de sus acompañantes aplaudieron, él los miró con benevolencia y les dio las gracias. Muere Reynaldo Escobar 23 días después de la muerte de Fidel Herrera; ya lo espera Caronte en su barca rumbo al Hades, con un Fidel sentado en primera fila. Vale mencionar que los dos fueron responsables del empoderamiento de los Zetas en Veracruz. Será que después de su muerte ya puedan responder: ¿Quién mató a Regina Martínez o quién estuvo detrás de los asesinatos de Milo Vela y Yolanda Ordaz? Porque eso de que Reynaldo Escobar respetaba a los periodistas, eso nadie se lo creyó.
