Ella no entró a robar a un banco, no estafó a una sociedad de crédito, no lavó dólares. A una mujer argentina, que pasaba por una difícil situación económica, el municipio de San Luis, una ciudad del centro de Argentina, le depositó por error 510 millones de pesos argentinos, lo que equivale a 8 millones 646 mil 443 pesos. Cuando la mujer vió todo el dinero que le depositaron pensó que era «un regalo de Dios». Fue por ello que la mujer se gastó el dinero en unas cuantas horas. Ella hizo 66 transferencias y compró un auto, una heladera, dos televisores, un microondas, una freidora, un microondas y una mochila de inodoro, entre otras cosas.
Pero no sólo eso, también repartió parte del dinero a sus familiares. La mujer fue imputada por estafa, defraudación y retención indebida, junto a cinco familiares. La ley argentina suele considerar esto como hurto o fraude, especialmente con fondos públicos.
Entrevistada por los medios la mujer declaró: «No sabíamos que era dinero del Gobierno. Nunca actuamos de mala fe. Ahora nos tratan como criminales, pero el error no fue nuestro». Además de ella otras 5 personas han sido imputadas y se les pide una fianza de 30 millones de pesos si no quieren parar en la cárcel.