Un gabinete de primera el de Veracruz, con una Coordinación de Comunicación Social que se queja porque no hay presupuesto; una de las razones por la que una de las encargadas se fue a buscar una regiduría al puerto de Veracruz. Un gabinete de primera sin una secretaria de Turismo, porque la que hubo no quería hacer oficina, sólo quería grabar TikToks y sacar fotos en Instagram. Un gabinete de primera con una secretaria de Educación a la que le tienen tomadas las instalaciones, una semana sí, otra semana no, a la que se le olvidó tramitar las medallas para los maestros con más de 40 años de servicio.
Un gabinete de primera con una secretaria de Cultura que después de las primeras pifias decidió enterrar la cabeza en la tierra para que no le vean la cara de vergüenza. Un gabinete de primera con un dirigente estatal de Morena que en lo único que piensa es en sus “chichifos”, en qué oficina del gobierno de Nahle los puede colocar para seguir gozando de su “amistad”.
Ante los “rumores” de que se avecinan cambios en su gabinete, la gobernadora salió del paso con la siguiente declaración: «Tengo un gabinete de primera, todos los funcionarios me ayudan muchísimo, no va haber ningún cambio, ningún cambio, porque también estos rumores, quitan, ponen, no, no, a menos que alguno de los funcionarios por cualquier cosa, un asunto personal no me puede ayudar, está bien, pero nosotros estamos trabajando, no especulando». Gabinete de primera, eso no se lo cree ni la propia gobernadora, menos lo creen los veracruzanos.