En este mundo traidor, cada quien toma sus propias decisiones, si estas son acertadas, seguro se cosechan beneficios, pero si estas son erradas, las consecuencias pueden ser desastrosas. En el caso específico de los gobernantes, es más serio el asunto, ya que, una buena decisión beneficia a muchos, sin embargo, si esta es equivocada, también se puede dañar a muchos ciudadanos. Por esa razón, la gobernadora del estado de Veracruz, Rocío Nahle, deberá de evaluar qué decisión tomará, después de ver el muladar que dejó su antecesor en las finanzas del estado.
Si en verdad, es cierto que la ejecutiva local ya tiene detectados, a los causantes principales del desfalco a las arcas, deberá de tomar una decisión pronta y dejar caer todo el peso de la ley contra los responsables, sea quien sea. Desde luego que, esta decisión se complica cuando los funcionarios hampones, han obtenido fuero legislativo.
No obstante, se debe de dar un manotazo sobre la mesa que demuestre que hay autoridad en el nuevo gobierno, de lo contrario, se puede caer en las arenas movedizas de la complicidad. Es un hecho que los veracruzanos esperan acciones contra los titulares de las dependencias saqueadas, entre ellas, la de educación, seguridad y especialmente en salud, donde los peones de Eleazar Guerrero, hicieron de las suyas. Claro que esa decisión, la toma quien lleva las riendas del gobierno en Veracruz.