En su intervención, Vargas Llosa argumentó que México, bajo el dominio del Partido Revolucionario Institucional (PRI) —que había gobernado ininterrumpidamente desde 1929—, representaba una dictadura disfrazada de democracia. «La dictadura perfecta no es el comunismo, no es la URSS, no es Fidel Castro. La dictadura perfecta es México», afirmó. Octavio Paz, presente en el estudio, mostró incomodidad y, al tomar la palabra, matizó la afirmación. Aunque reconoció la hegemonía del PRI, insistió en que México no vivía una dictadura en el sentido clásico, sino un “sistema hegemónico de dominación”.
35 años después México, con Morena en el gobierno, vuelve a la hegemonía partidista, que controla la miseria de este país, que se vale de la necesidad del mexicano para hacerse de su voluntad, que compra su voto a cambio de limosnas del “Bienestar”. México en 2025 no es una “dictadura perfecta”, es una “dictadura imperfecta”, pero eso sí, efectiva.