Alejandro Armenta fue ese senador imbécil que acusó a Norma Piña de amenazas de muerte. Supuestamente la ministra Piña le preguntó si podía ver a los ojos a sus hijos o hijas después de lo que dijo. Ese fue el supuesto mensaje de muerte, por el que Armenta dejó el anonimato y se dio a conocer a nivel nacional.
Ahora, como gobernador de Puebla, Alejandro Armenta utiliza su cargo para lanzar amenazas a los empresarios inmobiliarios que han trabajado con los gobiernos de Puebla. En conferencia de prensa Armenta pidió por las buenas a Grupo Proyecta que donara un terreno de dos hectáreas para construir viviendas para policías.
En caso de que Proyecta no accediera, entonces el gobierno le expropiaría 4 hectáreas, y hasta les puso un plazo: “Grupo Proyecta dos hectáreas en un mes o proceso de expropiación a cuatro hectáreas, lo que ustedes decidan, con todo cariño y respeto, pero vamos a trabajar por la seguridad”. Eso sí, la amenaza se las hizo “con todo cariño y respeto”. La amenaza es muy semejante a la que le hicieran al chino Zhenli Ye Gon, acusado de lavado de dinero: “O copelas o cuello”.
