Ni vale la pena poner las estadísticas del número de mentiras que López Obrador decía en cada mañanera. López Obrador, un presidente que aplicaba muy bien la máxima del propagandista de Hitler, Joseph Goebbels: «Una mentira mil veces dicha, se convierte en una gran verdad». La periodista Azucena Uresti nos recuerda, en su artículo de El Universal, las grandes mentiras de ese decadente sujeto: «Poco más de seis meses han pasado desde que Claudia Sheinbaum asumió la Presidencia, tiempo suficiente para ir desenmascarando a Andrés Manuel López Obrador, quien “miente como respira”, con una facilidad asombrosa; un verdadero adicto al engaño y al autoelogio». En primer lugar, la periodista coloca el tema de la Salud como en Dinamarca. «Este sistema de salud pública ya es el más eficaz en el mundo. Dije que iba a ser el mejor, que iba a ser como en Dinamarca. No, no es como en Dinamarca, es mejor que en Dinamarca», decía el gran mentiroso.
En segundo lugar AMLO y el huachicol: «Se robaban 80 mil barriles diarios de combustible. Era una red vinculada a los gobiernos. Era un robo legalizado. Eso se acabó. Se terminó». En tercer lugar AMLO y la gasolina de 10 pesos: «Si Morena estuviese gobernando, la gasolina no costaría 14 pesos. Costaría lo que cuesta en EU: 10 pesos el litro». En cuarto lugar, AMLO y sus muertos: «¿En cuánto bajará los homicidios? —le pregunté en 2018. Del 30 al 50 por ciento. Actualmente hay 66 diarios. Vamos a reducir».
En quinto lugar AMLO y las madres buscadoras: «Estamos atendiéndolas constantemente. Lo que no permito es que se utilicen estos casos con propósitos politiqueros. Es una campaña en contra». Y a esta lista habría que sumar su banderita blanca de fin a la corrupción, al influyentismo. Hay suficiente evidencia de que López Obrador pasó su sexenio engañando a la gente.