Namiko Matsumoto ha sido presidenta de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Veracruz desde los tiempos de Javier Duarte, y desde esos días los derechos humanos en Veracruz han quedado anulados. En esencia, la CEDH debería estar del lado de los ciudadanos ante los atropellos de las autoridades estatales. Desde los tiempos de Javier Duarte nos hemos enterado de los graves atropellos que sufrieron muchos veracruzanos ante la inmunda cruzada de los fiscales en contra de los adversarios del gobernante en turno. Tan sólo en el sexenio de Cuitláhuac García, con la excusa de la ley de “ultrajes a la autoridad”, cientos de veracruzanos fueron llevados a prisión. ¿En algún momento se escuchó la voz de Namiko Matsumoto a favor de los derechos de esos ciudadanos ultrajados?
¡No! Por eso sigue Namiko en la CEDH, porque como presidenta de la comisión la señora resultó una buena tapadera. Sobre este tema señala el periodista Filiberto Vargas: «Otro síntoma del abandono que vive en estos momentos Verónica Hernández. Es la postura de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH), un organismo que se convirtió en el principal defensor de la llamada “cuarta transformación” y que soslayó, sin el menor rubor, la rebeldía de Cuitláhuac García y de la propia fiscal, frente a los centenares de recomendaciones.
»Fue hasta ahora, cuando ya se le cayó la protección oficial, que la CEDH “se acordó” de que la Fiscalía ha rechazado múltiples recomendaciones y amenazó a su titular con proceder para que rinda cuentas por esas omisiones, cuando debió hacerlo desde hace tiempo, sin necesidad de enviarle mensajes preventivos». Y ahora no sólo es “Namiko la tapadera”, sino que se deja utilizar para venganzas institucionales.