Fue una de las promesas de campaña de Donald Trump, una de sus promesas que más adeptos le sumó. Declarar como organizaciones terroristas a los cárteles de la droga de México. Para Trump es una promesa latente, tanto que este domingo 22 de diciembre ha repetido una vez más esa promesa: «Todos los miembros de pandillas extranjeras serán expulsados y designaré inmediatamente a los cárteles como organizaciones terroristas extranjeras. Lo haré de inmediato». Esta declaración, de acuerdo con especialistas, «representaría una admisión tácita del gobierno estadounidense sobre la incapacidad de su par mexicano para combatir efectivamente al narcotráfico». Pero no sólo eso, esa declaración también implicaría el envío de comandos armados para combatir a esos “grupos terroristas”.
En estados como Michoacán, Guerrero, Estado de México y hasta Sinaloa, podría significar una buena noticia, ya que el gobierno de México se ha visto incapaz de controlar y anular a los cárteles de la droga. Durante todo un sexenio, el de López Obrador, a los cárteles de la droga se les consintió con abrazos, no se les combatió con balazos, como sí lo haría Trump. Sobre la llamada telefónica que tuvo Trump con la presidenta Sheinbaum el futuro presidente americano dijo: «Fui muy duro con México. Hablé con la nueva presidenta, una mujer que fue encantadora y maravillosa, la presidenta Sheinbaum, una mujer maravillosa, pero le dije: ‘No pueden hacerle esto a nuestro país’».
Esta nueva embestida del futuro presidente Trump moverá los hilos en la estrategia que México tiene para combatir a los cárteles de la droga. Seguramente en la semana nos enteraremos de más capturas de líderes de los cárteles. Tal parece que a Trump sólo le basta con tronar los dedos para que el gobierno de Claudia Sheinbaum se ponga a sus órdenes.