En un episodio que conmociona y genera reflexiones sobre la crisis migratoria, una niña de apenas dos años fue encontrada sola en la frontera entre México y Texas. Su única compañía: un papel amarillo con un nombre y un número telefónico. Vestida con una chaqueta rosa, la menor dijo que buscaba a sus padres, quienes, según señaló con ingenuidad, se encuentran “en Estados Unidos“.
La pequeña formaba parte de un grupo de más de 200 migrantes, incluidos 60 menores no acompañados, que cruzaron ilegalmente hacia Maverick County, Texas. Este caso, documentado por las autoridades con videos y testimonios, muestra la brutal realidad de los menores que emprenden estos peligrosos viajes, a menudo manipulados por redes de tráfico humano que lucran con la esperanza de familias enteras.
Mientras los oficiales intentaban entender su historia, la niña dejó claro su objetivo: “Quiero estar con mi mamá y papá“. Su declaración, sencilla pero cargada de emoción, simboliza los sueños y riesgos que enfrentan miles de niños en busca de reunirse con sus seres queridos.