Equipos de rescate aéreos y navales respondieron al llamado, logrando salvar a 28 personas. Los sobrevivientes relatan escenas de pánico y valentía, mientras las autoridades investigan si el viaje debía haberse suspendido debido a las advertencias climáticas previas. El incidente pone en jaque al sector turístico egipcio, que depende en gran medida de la atracción que generan estas expediciones. Más allá de su belleza natural, el Mar Rojo es conocido por sus riesgos para embarcaciones pequeñas, desde corrientes fuertes hasta tormentas imprevistas. Operadores turísticos ahora enfrentan preguntas difíciles sobre su capacidad para garantizar la seguridad de sus visitantes.
Con millones de empleos y una economía que depende del turismo, Egipto está bajo presión para fortalecer su infraestructura marítima y asegurar que tragedias como esta no se repitan. Mientras tanto, las esperanzas de encontrar a los desaparecidos aún con vida mantienen en vilo a familias y rescatistas, que desafían el tiempo y el clima para completar la operación.