Vaya paradoja la que forjó el gobierno de Sinaloa con su feria ganadera, la cual fue cancelada por la baja expectativa de asistencia, según dijo el secretario de Gobierno de Sinaloa, Feliciano Castro Melendrez. Vale mencionar que días antes aparecieron colgadas narcomantas en varios puntos de Culiacán en donde se amenazaba a los ciudadanos que asistieran a esa feria. Por lo mismo, los culichis lo pensaron dos veces y prefirieron no asistir a la feria ganadera.
Ahora sale el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, a declarar que no fueron las narcomantas ni las amenazas por lo que decidieron cancelar la feria ganadera, sino que se dieron cuenta de que la gente no tenía intención de acudir. Y ahí está la paradoja. Los habitantes de Culiacán no querían ir porque sí prestaron atención a las amenazas de las narcomantas.
Desde hace dos meses en Sinaloa se ha desatado una guerra cruel entre las dos facciones del Cártel de Sinaloa, un grupo fiel al Mayo Zambada y el otro grupo fiel a los llamados “Chapitos”, hijos de Joaquín Guzmán Loera. Una guerra que ni siquiera Rubén Rocha Moya avizora cuándo podría terminar.