La nueva presidenta de México no niega la cruz de su parroquia, resulta que después de nombrar a la pírrica asistencia de mandatarios internacionales, se dedicó a enaltecer la figura del mandatario que se va. No lo bajó del mejor presidente dela historia de nuestro país y de señalar que este se dedicará a escribir y a seguir trabajando por el país desde otras trincheras. Se pudo observar que después de tener la banda presidencial encima, esta se notó más suelta y con mayor libertad para hablar. Inmediatamente se puso a enumerar a los héroes de la patria y a resaltar el papel que han jugado las mujeres.
Llama la atención que parte de su discurso descansó en los logros del gobierno de López Obrador, enfatizó que los logros fueron gracias a la aplicación de una política llamada Humanismo Mexicano. La nueva mandataria recalco que se continuaría con el Humanismo Mexicano y que en su gobierno primero serían los pobres.
No mencionó que recibe un país endeudado ni tampoco dijo de donde saldrán los recursos para seguir pagando las prebendas sociales. Ojalá y que Claudia Sheinbaum se preocupe por la generación de verdaderos empleos, y que en verdad se comprometa en acabar con la crisis de inseguridad.
Comentarios