Virginia Durán Campollo / La historia universal registra a los mandatarios aviesos que llevaron a sus pueblos a la eliminación de sus Derechos Humanos básicos postrándoles bajo sus botas. En común tenían la labia que manipula con el engaño, la astucia que domina y el cinismo que doblega. Ser presidente de facto antes de tomar posesión empezó a envenenarle. Andrés es un fantoche. Grotesco y desdeñable. Fanfarrón, presuntuoso, fatuo, jactancioso, pedante son los sinónimos que “le caen como anillo al dedo”. Habló con mentiras- 110 diarias- y engaños. Su petulancia insoportable. Porro que duró años en la UNAM hasta que subió a la aventura. Millones de mexicanos le desprecian porque saben de sus intenciones malévolas. Sarcasmo que lo hace petulante porque es grosero, básico.
*** Ortega y Gasset estableció que “todos los hombres tienen luz y sombra”. El Peje es sombrío. No se le niega aciertos, pero en la balanza las omisiones fueron más. Los beneficios sociales no son una graciosa concesión sino una obligación de los gobiernos. Sus fracasos están a la vista y nos han costado muchos billones de pesos- misma cifra de la deuda externa- que hubieran mejorado en mucho la Seguridad, Salud, Educación. “La corrupción somos todos” y los de MORENA se lo tomaron al pie de la letra. Dolor, incertidumbre, sangre, lágrimas, miedo en una gran mayoría de la población. Nos distanció y llevó al odio.
*** Millones los arrepentidos que confiaron en el cambio. Nos deja desesperanza. El megalómano que pudo ser un gran presidente hereda un Estado fallido. Beneficiados militares, familiares, socios, narcotráfico.
*** Un derroche del erario nunca visto. Millonarios en la nueva clase gobernante. Insultante la pobreza de la mayoría del “pueblo bueno”. La Nación demanda al que “se va, pero se queda”. Juzgado por la historia como el peor.
***Y para las agruras…
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