Lo que comenzó como una celebración llena de amor y promesas sellado por el clásico «hasta que la muerte nos separe«, terminó en una crisis matrimonial tan rápida como inesperada. Montserrat Benavides, una joven que recién había dado el “sí” en el altar, decidió pedir el divorcio 24 horas después de su boda. ¿El motivo? Una discusión con su esposo Elías, discusión que estalló tras el festejo nupcial. Todo ocurrió durante el «after» de su boda. Después de una noche de celebración, la pareja y sus amigos planearon continuar la fiesta en un centro nocturno. Sin embargo, tanto Montserrat como Elías habían bebido más de la cuenta, lo que causó incomodidad entre sus padres, quienes insistieron en que la pareja debería retirarse al hotel para pasar su primera noche como recién casados.
Montserrat estuvo de acuerdo, pero Elías, aferrado a quedarse con sus amigos, se negó. Este rechazo dejó a Montserrat reflexionando. A la mañana siguiente, la decepción fue tal que decidió poner fin al matrimonio. «No quiero estar con alguien que pone a sus amigos por encima de mí«, explicó. Elías intentó salvar la relación, pero Montserrat ya había tomado la decisión de separarse.
Sin embargo, la intervención de su madre le hizo cambiar de opinión. Le recordó que todas las parejas enfrentan dificultades y que, aunque su decisión parecía precipitada, aún había espacio para el diálogo. Así, la joven decidió darle una segunda oportunidad a su matrimonio, reconociendo que la inmadurez jugó un papel importante en este tropiezo inicial.
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