Los organizadores de los Juegos Olímpicos de París quisieron representar en su ceremonia de inauguración a Dionisio, el dios griego del vino y la festividad. De acuerdo con los organizadores esta puesta en escena está destinada a resaltar «el absurdo de la violencia humana». ¿Alguien entendió eso? La escena la llevaron a cabo con un grupo de drags queens. En redes sociales surgió una discusión, pues muchos no interpretaron la escena como un ejemplo del «absurdo de la violencia humana», sino que les pareció que se estaban burlando del cristianismo, mostrando con elementos de la cultura gay la “última cena” de Leonardo Da Vinci, que es la cena de Cristo con sus discípulos.
En redes sociales se soltó una ola de críticas e intentos de boicot en contra de los Juegos Olímpicos de París 2024. El Comité de los JO ha tenido que aclarar que en ningún momento buscaron burlarse del cristianismo.
El director artístico de la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos, Thomas Jolly declaró: «Nunca encontrará por mi parte ningún deseo de burlarme, de denigrar nada. Quise hacer una ceremonia que reparara, que reconciliara. También que reafirmara los valores de nuestra República». Y uno se pregunta, ¿esa reconciliación incluye que uno de los drags saliera a cuadro con los testículos de fuera?
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