De acuerdo con El Economista, “la deuda de Pemex ascendió a 101,500 millones de dólares al cierre del primer trimestre del 2024”. La misma paraestatal ha informado “que sus ganancias disminuyeron un 92% interanual en el primer trimestre de 2024, hasta los 4,696 millones de pesos (284 millones de dólares) debido a una disminución en sus ingresos y un aumento en el costo de ventas”.
Pues a pesar de estos datos contundentes, el presidente López Obrador, quien ocupará los pocos meses que le quedan en el poder para echarse porras, declaró que Pemex está en su mejor momento y que para diciembre ya no habrá necesidad de importar gasolinas ni otros combustibles. López Obrador, quien miente como respira, declaró en su mañanera: “En el tiempo que nos resta y a finales de este año, ya casi vamos a estar al 100%, es decir, no vamos a comprar gasolinas ni turbosina ni diésel en el extranjero, ¿no es eso una hazaña?”.
Es una hazaña como el sistema de salud del país, que ya está como Dinamarca. Una hazaña como la refinería de Dos Bocas, que a dos años de ser inaugurada sigue sin producir un litro de gasolina.
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