Dice el periodista Arturo Reyes Isidoro: “En 2018, voté por la esperanza que representaban López Obrador, Morena. Lo acepto. Me arrepentí, me decepcioné, lo lamenté y lo lamento. Ahora se me presenta la oportunidad de rectificar, de corregir, y lo voy a hacer en forma decidida”. ¿Cuántos en este momento compartimos ese arrepentimiento? Miles, millones de mexicanos que vimos en López Obrador al “Nelson Mandela” latinoamericano. Pero resultó un fiasco. Reyes Isidoro en su “Pros Aprisa” hace el recuento anticipado de lo que podría ser la derrota de Morena en Veracruz.
Pero no sólo eso, el avezado periodista apunta hacia uno los responsables de esta inminente derrota, el estulto gobernador de Veracruz, un tal Cuitláhuac García. Dice el periodista: “Quien debía haber cumplido con ese papel, Cuitláhuac García Jiménez, redujo su gobierno a un grupito de familiares, amigos, viejos compañeros de escuela, cómplices, pero nunca entró en diálogo con los veracruzanos, a despertar simpatías y construir consenso para asegurar el voto que iban a necesitar después. Se olvidó de sus promesas de campaña, cerró las puertas del palacio de gobierno con cadenas, permitió el abuso y la corrupción, y él mismo se convirtió en el represor número uno encarcelando a los enemigos políticos de su gobierno sin tener pruebas de las acusaciones que les hizo”.
Lo que seguirá será la rendición de cuentas; entonces “los carniceros de hoy serán las reses de mañana”.
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