Quizá por ello nos acogemos al perdón del señor obispo, quien ya lanzó un comunicado en el que, si bien no explica qué es lo que le pasó, sí perdona a todos los mal pensados y a los que le hicieron daño: «Con todo mi corazón perdono a todas las personas que me han hecho daño por los hechos de los que he sido víctima, así como a aquéllos que me han revictimizado producto de la desinformación».
Por supuesto, no negamos que el obispo busque el bien de su comunidad ni que su activismo haya ayudado a mucha gente. Sin embargo, por esa misma razón, el señor obispo debería cuidar más su reputación, cuidar más su persona. Si tiene chofer, por qué salirse en fin de semana como niño malcriado a escondidas. Disculpe por ser tan mal pensados, pero…