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López Obrador no sólo no acabó con el huachicol, sino que lo intensificó. Huachicoleros amenazan a trabajadores de Pemex. Hasta de “halcones” los usan

Una de las primeras batallas de López Obrador fue contra el robo de combustible en los ductos de Pemex, lo que comúnmente se llama huachicol. En sus conferencias mañaneras ocupaba tiempo para mostrar los supuestos logros, sus victorias. Sin embargo, cuando su gobierno se dio cuenta de que los huchicoleros tenían más persistencia que el gobierno, cuando se dieron cuenta de que pueblos enteros vivían del huachicol, pero, sobre todo, cuando calcularon que el huachicol podría ser un buen negocio para ellos, tiraron las armas, claudicaron y se unieron al enemigo. Es por eso que el huachicol en México no sólo no se pudo acabar, si no que se intensificó.

Los trabajadores de Pemex incluso denuncian que ellos mismos son objeto de amenazas por parte de los huachicoleros, quienes hasta de “halcones” los agarran. Los trabajadores han denunciado que los mismos agentes de seguridad deben pasar temprano a una hora determinada para evitar ser emboscados.

Los criminales saben dónde viven los trabajadores, saben los nombres de sus familiares y donde ubicarlos. Los huachicoleros no sólo les piden dinero, sino que los obligan a que les brinden información sobre la operación de los ductos, sobre los operativos de la Guardia Nacional. Como dice el dicho, estábamos mejor cuando estábamos peor. Gracias señor presidente.

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