Los trabajadores de Pemex incluso denuncian que ellos mismos son objeto de amenazas por parte de los huachicoleros, quienes hasta de “halcones” los agarran. Los trabajadores han denunciado que los mismos agentes de seguridad deben pasar temprano a una hora determinada para evitar ser emboscados.
Los criminales saben dónde viven los trabajadores, saben los nombres de sus familiares y donde ubicarlos. Los huachicoleros no sólo les piden dinero, sino que los obligan a que les brinden información sobre la operación de los ductos, sobre los operativos de la Guardia Nacional. Como dice el dicho, estábamos mejor cuando estábamos peor. Gracias señor presidente.