Como si fuera diva el presidente López Obrador se presentó en el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) cargado de caprichos. Hace unos meses, cuando debería entregar la presidencia rotativa de la APEC a Perú, López Obrador, se sintió dueño de la pelota y dijo que él no la iba a entregar. Claro, él no es dueño de la pelota, por lo que se tuvo que entregar la presidencia a Perú, país con quien el gobierno de AMLO ha tenido varios desencuentros. Por ello, obligado a asistir al foro de la APEC el presidente anticipó: «Ojalá que no tenga yo que tomarme la foto, no lo deseo, se lo digo así con todo mi cariño, con mi buena fe, no quiero tomarme una foto con la presidenta del Perú, yo no voy a ir a buscarla para tomarme una foto».
Nos imaginamos al presidente de México en el foro que se llevó a cabo en San Francisco, California, negándose a tomar la foto oficial, todo porque no quería salir con una presidenta a la que considera espuria. Pero como él es sólo un invitado y no el anfitrión, seguramente el gobierno de Joe Biden le hizo manita de puerco.
A lo mejor lo amagaron con dar a la luz pública las transas de su hijo en Houston con la petrolera Baker Hughes y a López Obrador no le quedó de otra que hacer puchero e ir a pararse en la fila de atrás para tomarse la foto oficial donde también sale Dina Boluarte, presidenta de Perú. No cabe duda, «cae más pronto un hablador que un cojo».
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