En la filmación se ve cuando el delincuente ingresa al negocio portando un casco de motociclista, cuando está cerca de la caja registradora saca su arma y encañona a los trabajadores. Tras obtener el dinero de las cajas encañona a los clientes que se encuentran cerca. Entre los comensales encañonados está un hombre acompañado de una mujer.
La mujer espantada entrega su cadena de oro y un celular; el delincuente toma la cadena y le deja el celular. Al dirigirse al sujeto, este, con una mano le entrega el celular y con la otra sigue mordiendo su alita frita, como si lo único que le importara fuera su orden de alitas. Tras la filmación aparecieron cantidad de comentarios en donde aseguran que las alitas deben de estar exquisitamente sabrosas para que a pesar de que te estén apuntando con un arma continúes comiendo.