Dicen los que lo conocen, que el presidente del IVAI, David Agustín Jiménez, sintió que algo se le atoraba en la garganta, algo que le subió de la entrepierna, cuando se enteró que la Fiscalía espuria de Verónica Hernández Giadáns lo andaba buscando. Relata David Agustín Jiménez: «Hace unos días estuve incapacitado y en ese periodo vino personal de policía de investigación a solicitar informes, de hecho, no supieron comunicarme bien, nada más me indicaron ‘oye te vino a buscar policía de investigación, que te quieren llevar’».
Le tuvieron que dar bolillo para el susto. Una vez pasado el trance lo primero que se le ocurrió fue ampararse. «Entonces promovimos un amparo, es un derecho constitucional a fin de allegarme de más elementos», relató. La verdad es que David Jiménez y todos los funcionarios públicos del gobierno de Cuitláhuac García saben que, en Veracruz, en cualquier momento, a una persona la pueden detener con acusaciones falsas; les pueden sembrar drogas, o les pueden hacer disparar un arma para acusarlos de resistirse a un arresto y atacar a la autoridad.
Saben que Veracruz es un estado sin ley, donde sólo impera la represión de quien ostenta el poder. Por eso se amparó David Jiménez, se amparó a pesar de que el cargo en el IVAI le ofrece fuero.
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