AMLO, Ken Salazar y los republicanos

Andrés Manuel López Obrador y Ken Salazar FOTO: WEB
- en Opinión

Irineo Domínguez Méndez / Nadie duda que las declaraciones sobre democracia y seguridad serán pan de todos los días en estos tiempos preelectorales. Las ocurrencias que se declaren tenderán a posicionar a partidos y precandidatos; algunas de ellas podrían convertirse en verdaderos bumerangs, como pudiera ser el caso de lo manifestado por el embajador Ken Salazar al decir: “Tiembla la Democracia en América Latina”. Desde mi perspectiva, tal declaración tiene varios propósitos: llamar la atención con manifestaciones estridentes creyendo que aún prevalece la ignorancia en América Latina de lo que significa democracia; contradecir a los republicanos que lo califican de “blando” por su comportamiento con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador y, tal vez, se refiere a que Estados Unidos “Tiembla por los cambios sistémicos de gobierno” que están suscitándose en América Latina.

Hablar de democracia tiene relación con los significados históricos que se le han dado a tal concepto. Hace tiempo leí una ponencia magistral de Miguel Ángel Bovero dada en el INE, que refiere toda la adjetivación endilgada al concepto “democracia”; el cual, en mi opinión y la de muchos otros, se ha vuelto un concepto residual.

Al señalar Ken Salazar a los gobiernos de Nicaragua y Venezuela como ejemplos antidemocráticos debiera recordar que son gobiernos reconocidos por la mayoría de los países del mundo, con los que mantienen relaciones diplomáticas. Cierto es que Nicaragua rompió relaciones con Taiwán y Países Bajos, (Holanda), acusándolos de “injerencistas”; además, de que los resultados de sus últimas elecciones han sido cuestionados por varios países, entre ellos el nuestro y, muy particularmente, por los Estados Unidos; país bastante injerencista que ve diezmados sus intereses económicos en Nicaragua.

El embajador soslayó, también, cambios de posicionamiento de gobiernos respecto a Maduro: antes lo desconocieron como Presidente; ahora, desconocen a Juan Guaidó como presidente interino. Maduro ya es reconocido por España, Francia, Chile, Argentina, Colombia, etc. Claro, el ablandamiento del presidente Biden en su trato con Venezuela se debe a la guerra de Ucrania y su búsqueda de mejores relaciones con Maduro por cuestiones energéticas (el petróleo y su precio); lo que provocó el fortalecimiento de las relaciones diplomáticas de Venezuela con los países mencionados. Entonces, no se trata de democracia, sino de intereses económicos.

Hablando de democracia, seguramente el embajador desconoce las opiniones de Noam Chomsky en cuanto a la practicada en su país. Chomsky alude que para entender la democracia estadounidense tenemos que referirnos a los intereses económicos que siempre ha tenido para promover su expansionismo. Eso sí, sin menospreciar la estabilidad y fortaleza de sus propias instituciones y la distribución de la riqueza más beneficiosa para su gobernados, en comparación con los países a los que Ken Salazar se refiere.

El embajador olvida una ventaja para practicar la democracia en Estados Unidos: la homogeneidad de la población; debida a la eliminación, casi total, de los nativos. Dice Chomsky que el orden sociopolítico de Estados Unidos fue diseñado para el desarrollo de un “estado ideal capitalista democrático”, promovido astutamente por James Madison; quien calificó al pueblo como “tirano de la mayoría” y propuso controlarlo.

Actualmente, en América Latina la “tiranía de la mayoría” reclama gobiernos progresistas y justos. La politización del pueblo lo hace más participe; exige una justa distribución de la riqueza y que el desarrollo económico se vea reflejado en mejores niveles de vida y no solo en las ganancias de las élites del poder.

Pareciera que Ken Salazar se ubica en el falso escenario que crean los republicanos que han propuesto la intervención de las fuerzas armadas estadounidenses en México para combatir a los cárteles de la droga, los cuales son calificados como “terroristas” y seria amenaza para la seguridad de su país. Si la percepción es correcta, tal propuesta se encuentra en un plano político completamente adverso. Lo que está aconteciendo en Ucrania es la principal razón para motivar mi opinión: la propuesta contradice la crítica mundial que está en contra de cualquier acción bélica que vulnere la soberanía de otro país; el ejemplo es la invasión rusa a Ucrania.

Los propios republicanos que la propusieron, Lindsey Graham, Dan Crenshaw y Michael Waltz recibieron una desaprobación de un compañero: Ted Cruz declaró inviable la propuesta de intervención armada en México. Este político prevé un efecto negativo en las preferencias electorales de su partido, no solo a nivel local sino también internacional. Recordemos que este senador busca la nominación de su partido a la candidatura presidencial.

El reconocimiento que tiene Amloco a nivel mundial se contrapone al propósito propagandista del partido republicano. El demócrata Ken Salazar lo debiera considerar al hablar de democracia, de la cual adolece su país, donde los poderes fácticos, léase la élite del poder, proponen a sus gobernantes; participando en los dos bandos, en el conservador y en el demócrata; a ambos concede grandes cantidades de dinero para campañas electorales. Sin importarles cual gane, ellos deciden las políticas económicas, sociales y militares.

Es difícil para la élite estadounidense aceptar el empoderamiento de las masas en los países latinoamericanos; se sienten amenazados en sus intereses económicos de características expansionistas. Los países asiáticos, en especial China, le ha despojado parte de los mercados que antes le eran exclusivos.

Los nuevos sistemas de gobierno progresistas tienden al apoyo de grupos vulnerables; combaten la corrupción y la impunidad; intentan mejores relaciones internacionales; exigen respeto a sus soberanías y tratan de excluir la política expresada por Robert Lansing, que puso como ejemplo a México, diciendo: “México es un país extraordinariamente fácil de dominar porque basta con controlar a un solo hombre: el presidente”. “Tenemos que abandonar la idea de poner en la Presidencia mexicana a un ciudadano americano, ya que eso conduciría otra vez a la guerra. La solución necesita de más tiempo: debemos abrirles a los jóvenes mexicanos ambiciosos las puertas de nuestras universidades y hacer el esfuerzo de educarlos en el modo de vida americano, en nuestros valores y en el respeto del liderazgo de Estados Unidos. México necesitará administradores competentes y con el tiempo, esos jóvenes llegarán a ocupar cargos importantes y eventualmente se adueñarán de la misma Presidencia. Y sin necesidad de que Estados Unidos gaste un centavo o dispare un tiro, harán lo que queramos, y lo harán mejor y más radicalmente que lo que nosotros mismos podríamos haberlo hecho”.

Amloco no estudió en escuelas estadounidenses, por eso les es imposible doblegarlo; mucho menos proponer una guerra en contra de México con el pretexto tan estúpido dado por los republicanos; pretexto que fortalece la presencia de Amloco y su partido en México; pues, hará una defensa férrea de la soberanía nacional, aunque ésta realmente no esté en peligro. Tendrá tema para varios días en las mañaneras.

Por último, vale comentar lo dicho por Chomsky: “en los llamados sistemas democráticos, es más importante saber quién propone y no quien elige”. Esto es así en virtud de que la partidocracia representa intereses de conservadores y dizque liberales progresistas. El pueblo sabe que ambos buscan el poder permanente; el concepto democracia lo utilizan discursivamente, pero lo olvidan en cuanto alcanzan su objetivo: el poder; principalmente las élites del poder de cualquier país.

Otro sí digo. – Si las marchas demuestran la fuerza democrática existente en México, van tres y viene la cuarta el 18 de marzo. ¡Viva la democracia mexicana cuando los marchantes sepan por qué marchan!

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