Ante el relajamiento de las normas de sanidad en China, varios países como Estados Unidos anunciaron que exigirían pruebas negativas de COVID-19 para admitir a visitantes procedentes de China. “El reciente incremento rápido en la transmisión del COVID-19 en China aumenta el potencial de surgimiento de nuevas variantes” del virus, dijo a periodistas un alto cargo estadounidense de salud.
Esta situación ha preocupado a otras naciones, al menos Italia, Japón, India y Malasia también anunciaron medidas restrictivas para resguardarse de la importación de variantes desde China. Mientras tanto, Pekín criticó la “exageración, difamación y manipulación política” de la prensa occidental sobre su situación del coronavirus.
