A estas alturas de la Cuarta Transformación, ¿quién le cree a Manuel Huerta Ladrón de Guevara? El funcionario de las manos “traviesas”, acusado de violación y evidenciado como acosador de jovencitas, dice que en la Marcha de la Venganza de López Obrador no habrá acarreados. Cómo si su boca fuera de virgen inmaculada, el encargado de los programas sociales de Bienestar declara: «No hay acarreados, el sistema y el régimen antes decían: va a haber un mitin de a pollo y de a huevo, eso era acarreo. Cuando iba la gente contra su voluntad al apoyo y al a huevo y no es que les iban a dar un huevo hervido; ahora no, ahora es voluntario, va el que libremente quiere ir y se organiza. Claro que nos vamos a organizar y vamos a ir, no nos podemos ir marchando, marchamos con el éxodo y fueron 50 días a la Ciudad de México».
En redes sociales los trabajadores de gobierno acusan que los están obligando a asistir a esa marcha, una marcha a la que el presidente convoca para demostrar que él “la tiene más grande”. Dueños de autobuses y de negocios de renta de autos han señalado que este tipo de acarreo no se veía ni en los años del PRI.
Los funcionarios de Cuitláhuac García están desesperados pues no saben cómo le van a hacer para llevar a tanto chairo. Les anticipamos desde ahorita que Ciudad de México se verá llena de autobuses de acarreados; chairos que llevarán en su mano su bolsita con un plátano, un Frutsi y una torta. ¡Pobres diablos! Pero a ellos les gusta que los usen.
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