Si de algo ha dado muestra el presidente López Obrador es de su obcecación, y como entre su círculo cercano no hay nadie que lo contradiga, el presidente seguirá cavando un hoyo, sin saber que él es quien caerá en él. Todos saben que si el presidente amonesta a Layda Sansores y le ordena que dejé en paz a Ricardo Monreal y se ponga a gobernar Campeche, la esperpéntica gobernadora se irá con la cola entre las patas para refugiarse en un rincón de Palacio de Gobierno. Pero López Obrador quiere ver de rodillas a Monreal, quiere que le ruegue para que Layda lo deje en paz, y eso no va a suceder.
Layda ya anunció que, a pesar de la prohibición de los jueces, ella seguirá revelando conversaciones y propiedades del senador Monreal. «No tengo ninguna cuestión personal, solo mi pregunta era si hiciste uso de tu tráfico de influencias para entregarle a Alejandro Moreno una hoja donde no lo vinculaban a proceso, donde quedaba exonerado de los delitos por los que había sido acusado por otra persona de su mismo partido», dijo la Sansores ante los medios. Mientras tanto, el senador Ricardo Monreal, presidente de la Junta de Coordinación Política, ya declaró que el Plan B del presidente no tiene futuro, porque es inconstitucional.
«Yo tengo la impresión, sin poderlo comprobar, que el plan B es algo similar a la reforma eléctrica. En el momento en que se rechazó la reforma eléctrica, surgió de inmediato la modificación a la ley ordinaria en materia de litio y eso fue lo que se aprobó por la mayoría simple en ambas Cámaras». La relación entre el presidente y el senador Monreal está bastante deteriorada, y todo gracias a la esperpéntica Layda Sansores, comadre de Claudia Sheinbaum.
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