Ya se volvió tendencia entre los activistas acudir a algún museo para estropear o intentar destruir alguna de las obras maestras exhibidas. Ya lo intentaron con “La joven de la perla” de Johannes Vermeer, con “Los girasoles” de Van Gogh, “Masacre en Corea” de Pablo Picasso y ahora “El grito” de Edvard Munch. El propósito de los activistas es llamar la atención sobre los problemas del cambio climático causados por la combustión de combustibles fósiles. En el Museo Nacional de Oslo tres activistas intentaron pegarse al cuadro de “El grito” mientras otros dos filmaban.
Afortunadamente los guardias del museo lograron impedir que lo hicieran, aunque sí alcanzaron a echar pegamento en la vitrina que protege el cuadro. Las activistas pertenecen al grupo ecologista Stopp Oljetinga (Detengan la actividad petrolera), quienes, mientras intentaban pegarse al cuadro gritaban: “Ningún grito cuando los políticos ignoran a la ciencia”.
La ministra de Cultura noruega, Anette Trettebergstuen declaró al respecto: «Esta es una forma de acción inaceptable. Aunque muchos apoyamos la lucha climática como una de las más importantes de nuestro tiempo, atacar arte de valor incalculable no ayuda para nada a la causa«.
Tres activistas de un grupo ecologista fueron detenidas tras tratar de adherirse con pegamento a “El grito” de Edvard Munch, en el Museo Nacional de Oslo, en protesta por la actividad petrolera de Noruega.
Detalles: https://t.co/8sVrIttzb0 pic.twitter.com/zOdyfTiHkc
— Joaquín López-Dóriga (@lopezdoriga) November 11, 2022
Comentarios