El adelantamiento del escenario político electoral del 2024 causado por las ansias del Ejecutivo federal, ha desgastado invariablemente la democracia mexicana y no sólo eso, también ha robado energías a las corcholatas morenistas. Y es que, el ambiente se ha tornado tenso dentro del partido del presidente y ha polarizado las relaciones entre los diversos actores de la política mexicana. Y si alguien lo duda, que le pregunten al coordinador de los senadores, que ya no ve lo duro, sino lo tupido.
Desde luego que nadie duda que el máximo promotor de la renovación adelantada es el presidente y que gran parte de su tiempo en el que debería de gobernar a los mexicanos, lo dedica a promover a la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, eso sin contar que en su mañaneras se dedica denostar a los que considera contrincantes de su proyecto político.
Esta situación también se ha desgastado y urge que alguien le diga al presidente que controle y deje la diatriba y lo que tanto critica, que es la politiquería. Sabemos que es mucho pedir, pero que alguien le diga que se ponga a trabajar, ya que sólo le quedan dos años de gobierno.
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