Después del Me Too, después de la suerte que han corrido tantos acosadores, ¿cómo es que profesores y personal de la UV se animen a seguir de rapaces?

Acosadores
Los estudiantes de la Universidad Veracruzana (UV) se manifestaron y marcharon en la ciudad de Xalapa. Partieron desde el área académica de Humanidades y concluyeron en la Rectoría FOTO: FRANCISCO DE LUNA

La pregunta no es qué pasa con los alumnos de la Universidad Veracruzana, la pregunta es qué pasa con los maestros y personal que labora en la Universidad Veracruzana. ¿En serio se dan valor para andar de rapaces en los salones y pasillos de la universidad para acosar alumnas, alumnos? Después de que en 2017, es decir hace 5 años, iniciara el movimiento Me Too en los Estados Unidos y se extendiera a varios países, entre ellos México, ha quedado claro que los días de los acosadores escolares estaban contados. El riesgo del acosador, más que judicial, era la exhibición en redes sociales, lo que a muchos les arrebataba el anonimato en el que habían vivido, así como la paz que el ser anónimo les ofrecía.

Vale mencionar que ese movimiento también se pervirtió, por lo que muchos aprovecharon para, en medio de su despecho, buscar venganza contra el exnovio o el examante. Hubo hasta suicidios. Armando Vega Gil se suicidio luego de recibir señalamientos de presunto abuso sexual de una niña de 13 años. Andrés Roemer, escritor y diplomático, representante de México ante la Unesco, está refugiado en Israel por las acusaciones de acoso contra sus alumnas. Pedro Salmerón, quien pudo haber sido embajador de México en Panamá, no llegó a serlo por las acusaciones de acoso en su contra.

Y podemos seguir enumerando casos de acosadores que lo han perdido todo o casi todo después de las denuncias de sus víctimas o supuestas víctimas. Entonces, con todos estos antecedentes, ¿en serio un profesor o trabajador universitario se podría atrever a acosara a una alumna o alumno? Dice la máxima bíblica: «Sagaz es el que ha visto la calamidad y procede a ocultarse, pero los estúpidos han pasado adelante y tienen que sufrir la pena». Si a pesar de tanta advertencia hay quien sigue de acosador, merece ser denunciado.

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