En una universidad como la UV, que ha dejado de importar, maestros y alumnos pueden hacer lo que se les pegue la gana; incluso ir de falda

Falda
Estudiantes y docentes de la Facultad de Derecho de la Universidad Veracruzana (UV) acudieron a clases en falda para quitar estigmas y promover que la vestimenta no define el género de las personas FOTO: WEB
- en Carrusel, Opinión

Armando Ortiz / Enfrentémoslo, la Universidad Veracruzana pasa por uno de sus peores momentos. De acuerdo con el QS World University Rankings, que es la clasificación mundial de universidades más confiable, la Universidad Veracruzana se encuentra en el lugar número 142 de las Universidades en Latinoamérica. La UV está en el lugar 27 de las universidades en México. Muy por encima de ella están las Universidades de Aguascalientes, Nuevo León, Yucatán, San Luis Potosí. Ahí se ha mantenido la UV, en ese rango mediocre. Por ello, que a unos alumnos y maestros de la Facultad de Derecho se les ocurriera ir de falda al campus no debería importarle a nadie, pues la Universidad Veracruzana ya no le importa ni a los que la dirigen. Excusan maestros y alumnos, que vistieron de falda, que quieren romper estereotipos, que quieren verse incluyentes, diversos; arguyen que la vestimenta no tiene género, y creen que repitiendo esa falacia innumerables veces han de tener razón. No les importa el ridículo pues creen que las críticas a su postura es un precio que deben pagar; el ridículo es el contenido del cáliz que están dispuestos a tomar. A pesar de eso no aguantan las críticas y se vuelven mordaces con sus críticos o con aquellos que no aplauden su “osadía”. Cursar la universidad ya no se trata de aprender, como en las redes sociales se trata de llamar la atención, de obtener likes, de acumular seguidores, de “romper con los estereotipos”. Pero como hemos dicho antes, nada de eso importa, porque la excelencia ya no es una meta a perseguir en la Universidad Veracruzana.

Cancelan espacios periodísticos a John Ackerman. Irma Eréndira se solidariza con su esposo con un poema, pero equivoca el nombre del autor

Letrados, letrados los de la Cuarta Transformación no son. Eso lo han demostrado en varias ocasiones. Hasta aquellos que salieron de la UNAM se confían y atribuyen poemas a otros poetas. John Ackerman en una línea de mensajes de Twitter se quejó de que el gobierno haya presionado para que se le cancelaran varios espacios en medios de comunicación, que porque se ha vuelto una voz crítica. Dice Ackerman: “Estoy acostumbrado a los embates del poder. Durante los sexenios de Calderón y Peña Nieto se me iban eliminando los espacios periodísticos uno a uno con el fin de callarme y excluirme del debate público. Me acosaban en las redes sociales y me amenazaban de muerte. Pero jamás imaginé que algo similar podría ocurrir dentro del marco de una Cuarta Transformación a la cual he entregado literalmente la vida durante las últimas décadas”. Irma Eréndira, esposa del académico, se solidarizó con él y le dedicó un poema que dijo es autoría de Bertolt Brecht. Sin embargo, el autor del poema en realidad es el pastor Martin Niemöller. Es ese poema famoso que nos hace reflexionar sobre nuestra apatía, nuestra inacción, nuestro egoísmo: “Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas, guardé silencio, porque yo no era comunista…”. Habría que preguntarle a esta pareja, ¿qué se siente estar del otro lado?

López Obrador le paga a Monreal el favor de que Ejército permanezca en las calles hasta 2028, lo unge como “corcholata”; pero junto con Noroña

Vaya honor que le hizo el presidente López Obrador al senador Ricardo Monreal, con quien había tenido muchas diferencias. El presidente de México, en su conferencia mañanera, por fin ungió a Monreal, pero lo ungió al lado del “roñoso” de Gerardo Fernández Noroña. Dijo el presidente en su conferencia del martes 11 de octubre: “Los posibles candidatos nuestros son tres y voy a hacer que haya dos más, cinco y está abierto porque en su momento los que quieran inscribirse, pero hay tres y puede haber dos más: Ricardo Monreal, Noroña”. A pesar de esa cuestionable deferencia el senador Ricardo Monreal agradeció la mención que de él hiciera el presidente y la inclusión entre las “corcholatas” presidenciables: “Estoy tranquilo, asumo con toda responsabilidad la referencia y puedo decir que lo cortés no quita lo independiente y le agradezco mucho al Presidente que se refiera a mí”. Por supuesto, se entiende que con esto el presidente le está pagando a Ricardo Monreal que haya operado para que en el senado se aprobara una ley que permita que el Ejército permanezca en la calle hasta el 2028. Sin embargo, el presidente lo mencionó junto con Fernández Noroña y eso huele a «mala leche”.

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