Sobre el tema señala el periodista Héctor de Mauleón: «Chávez vio pasar y evaporarse maletas de dinero que todos los lunes eran puestas a disposición del gobernante, a fin de que este, entre otras cosas, pudiera financiar su movimiento. Dinero que le enviaban sus operadores, incluso desde los municipios más pobres y marginados, y dinero que le era descontado “voluntariamente” –a la manera de Delfina Gómez– a legisladores y empleados de gobierno. Dinero del que todos en la “honestidad valiente” se servían “con la cuchara grande”. Maletas de dinero sin huella que fluían semana a semana, año tras año».
Habría que mencionar que desde que se vio en video como los hermanos de López Obrador recibían paquetes de dinero por parte de David León, operador político de Manuel Velasco, la careta de honestidad del presidente empezó a resquebrajarse. Las respuestas absurdas y cínicas del presidente sobre ese financiamiento sólo mostraron que el señor tenía más cosas que ocultar. Esperemos a ver qué revela el libro de Elena Chávez.