A inicios de septiembre el presidente López Obrador declaraba que en Zacatecas estaba a la baja la incidencia de la violencia gracias a los apoyos federales que entregaba. El mismo día que hizo las declaraciones mataron a dos policías de esa entidad. La semana que termina, el día jueves, tres jóvenes universitarios de la comunidad de El Saucito fueron asesinados por grupo del crimen organizado. Los tres estudiantes eran alumnos de la Universidad Tecnológica de Zacatecas (Utzac).
Un día antes, el miércoles por la mañana, seis policías fueron asesinados después del ataque de un comando. ¿Y los operativos para evitar la violencia en Zacatecas? ¿Y los programas sociales? A pesar de que la violencia sigue azotando el país, el presidente López obrador insiste en seguir con su estrategia de «abrazos, no balazos».
Esta semana en Zacatecas los familiares de Francisco Javier, Juan Genaro y José Carlos lamentan la muerte de sus hijos, al tiempo que exigen justicia en un país cuyo gobierno está más preocupado por los derechos humanos de los delincuentes. «Tenemos que ser respetuosos de los derechos humanos. Los delincuentes son seres humanos que merecen nuestro respeto», dice el presidente.
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