Acostumbrados a un boxeo mediocre, la aburrida pelea del Canelo contra Golovkin les pareció un gran espectáculo

Canelo
Pelea entre Gennady Golovkin y Saúl el Canelo Álvarez FOTO: WEB

12 rounds de pelea donde los pugilistas no entregaron todo, sólo se cansaron por el esfuerzo, pero no por la gran pelea que debieron haber brindado. Gennady Golovkin no tenía nada que perder, pues sus ocho millones de dólares por la pelea, además de un bono de audiencia lo tenía asegurado. Golovkin hubiera preferido que la pelea durara dos rounds para tomar sus maletas e irse a casa. Sólo en los últimos 5 rounds de la pelea el kazajo logró levantar el orgullo y poner en aprietos al mexicano, pero fueron solo unos instantes de entusiasmo, nada más; después el cansancio hizo presa de los dos.

Del Canelo, ¿qué se puede esperar? Antes de la pelea ya tenía en mente los 65 millones de dólares pactados, perdiera o ganara. Sólo se paró en el cuadrilátero, hizo unos pasos de box, lanzó unos cuantos golpes y se cansó, sólo se cansó.

Para él la victoria sólo era una alternativa. Cuando el dinero, y no la victoria, es lo que importa en el deporte, es cuando se ve este tipo de espectáculos. Y los aficionados se acostumbran, se conforman (dar forma a una cosa), porque la mediocridad hipnotiza y hace creer a los lerdos en una ficticia grandeza. Pobre del box, pobres aficionados.

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