Alito ya es “moreno”, no sólo de apellido. Y es que la traición se consumó y con ello Alejandro Moreno, presidente nacional del PRI salvó el pellejo, pues al ponerse del lado de Morena también compró impunidad. El gobierno honesto de López Obrador detendrá las investigaciones por enriquecimiento ilícito en contra de Alito; le pondrá bozal a Layda Sansores, quien sólo podrá usar la boca para darle jugosos besos a su paisano; se detendrá el proceso de desafuero en su contra.
Ahora que lo pensamos bien, Alejandro Moreno jugó de manera inteligente, aunque con su traición perdiera la dignidad y muy posiblemente la presidencia nacional del PRI y el rompimiento de la alianza Va por México entre PRI, PAN y PRD. Pero el caso es que Alito ya dejó contento al presidente López Obrador, con quien quería quedar bien y libró el pellejo. Por eso había que celebrar.
Por eso se fue con Rubén Moreira, hermano de Humberto Moreira, a celebrar al restaurante Suntory, donde asesinaron a la cantante Yrma Lydya. El costo para la nación, pues que por 10 años más tendremos al Ejército en las calles, con su eficiencia, quizá, pero también con su impunidad; con sus desplantes de salva vidas, pero con su impunidad; con su colusión con el crimen organizado y con toda su impunidad.
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