Eso sin tomar en cuenta que los veracruzanos no pueden ver ni en pintura la figura de su secretario de Gobierno. Además, hasta las oficinas del número dos del estado han llegado informes de que, por el lado panista, están preparando un candidato o candidata de fuerte arraigo popular que les podría arrebatar la gubernatura.
Por lo pronto, el gobernador del estado estará echando la casa por la ventana para que llegue alguien de su partido, que le venga a cuidar las espaldas y tape las malas cuentas que seguramente entregará a los veracruzanos.