AMLO prometió acabar con la corrupción, pero a su carnal Pio se la ha perdonado impunemente

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Pío López Obrador y Andrés Manuel López Obrador FOTO: WEB

No cabe duda que, no es lo mismo ser borracho que cantinero, ya que en el caso del presidente López Obrador, mientras éste anduvo en campaña, en cada esquina ofrecía nada menos que acabar con la corrupción, al que consideraba como el cáncer que tiene en la ruina al país. «Ese es el plan: erradicar la corrupción, no aminorarla, no reducirla, no mantenerla a raya… ¡Acabarla, desterrarla!», decía a voz de cuello un año antes de las elecciones del 2028.

Sin embargo, cae más rápido un hablador que un cojo, ya que en el caso de su hermano Pío, la justicia no aparece por ningún lado. De entrada, la investigación se le quitó de las manos al INE, sin haber concluido luego llegó al TEPJF donde quedó por varios meses sin avanzar y después cayó en manos de la ministra de la Corte Jazmín Esquivel, quien congeló la carpeta por varios meses más.

Y para rematar el caso, éste llegó finalmente a la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (FISEL) encargada de aplicar las sanciones penales previstas por la ley. Pero, no se emocione, tampoco pasará nada ahí, ya que dicha institución casualmente está en manos de Morena. Ni hablar, aquí aplica aquel refrán que dice: «Duele más el cuero que la camisa».

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