Algunos analistas y medios de comunicación, señalan que un estado fallido, es aquel que no puede garantizar su propio funcionamiento o los servicios básicos a la población. Eso puede deberse a que ha perdido el monopolio de la fuerza o que ha sido rebaso por grupos delincuenciales, este sufre un vacío de poder, legitimidad disputada o instituciones frágiles, o carece de capacidades y recursos para satisfacer las necesidades esenciales de sus ciudadanos, entre ellas la de brindar seguridad a su gobernados. Muchos mexicanos creen que el país, está pasando por este proceso.
Y es que, después de ataques directos a inocentes en Ciudad Juárez, donde perdieron la vida 9 civiles y 2 delincuentes, el presidente López Obrador dice lo siguiente: “Se logró restablecer el control en el centro penitenciario gracias a la acción de fuerzas federales y penitenciales, pero a partir de esta acción, este grupo delictivo de ‘Los Mexicles’ emprendió acciones de disturbio contra la población civil en Ciudad Juárez, dando como resultado nueve personas fallecidas que se suman a las dos del centro penitenciario”, comentó el funcionario y precisó que dentro de los civiles fallecidos se encuentran los periodistas de radio Switch FM.
Según informes fidedignos, entre las víctimas se encuentran, el locutor Allan González, Lino Flores del área de Promociones, el gerente de Operaciones Armando Guerrero y el escolta Alex Arriaga. Lo realmente preocupante, es que a pesar de los grupos delincuenciales andan muy crecidos y hacen de las suyas, el gobierno federal sigue empeñado en seguir aplicando su política timorata y tibia de “abrazos no balazos”.
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